Escritos con hierro ardiente
los caminos de mil mundos se dibujan,
tatuados en negra tinta en mi espalda.
Brumosos parajes se despliegan,
dejando entrever vida y muerte,
oscuridad y luz mezcladas en mi paleta.
Nada va a cambiar mi mundo.
Manos se alzan desde la tierra, arrastrándome,
a su cosmos que soy yo mismo.
Sentado frente al espejo me veo,
y te observo.
Todos somos uno.
Vagabundo errante por olvidados rincones
dentro de tí, de mí que soy tú
y de tú que eres yo.
El mar de Dirac se extiende imponente,
marcando mi espinazo con fuego,
cortando las oxidadas cadenas.
los caminos de mil mundos se dibujan,
tatuados en negra tinta en mi espalda.
Brumosos parajes se despliegan,
dejando entrever vida y muerte,
oscuridad y luz mezcladas en mi paleta.
Nada va a cambiar mi mundo.
Manos se alzan desde la tierra, arrastrándome,
a su cosmos que soy yo mismo.
Sentado frente al espejo me veo,
y te observo.
Todos somos uno.
Vagabundo errante por olvidados rincones
dentro de tí, de mí que soy tú
y de tú que eres yo.
El mar de Dirac se extiende imponente,
marcando mi espinazo con fuego,
cortando las oxidadas cadenas.
2 comentarios:
Y se me cae la piel a pedazos
marcándome tu paso
muerte lenta que transfieres-----
Genial,eres increíble cuando haces esto,a tu salud "poeta"
Bebamos entonces, salud!
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