sábado, 13 de noviembre de 2010

T A T T O O


Escritos con hierro ardiente
los caminos de mil mundos se dibujan,
tatuados en negra tinta en mi espalda.

Brumosos parajes se despliegan,
dejando entrever vida y muerte,
oscuridad y luz mezcladas en mi paleta.

Nada va a cambiar mi mundo.
Manos se alzan desde la tierra, arrastrándome,
a su cosmos que soy yo mismo.

Sentado frente al espejo me veo,
y te observo.
Todos somos uno.

Vagabundo errante por olvidados rincones
dentro de tí, de mí que soy tú
y de tú que eres yo.

El mar de Dirac se extiende imponente,
marcando mi espinazo con fuego,
cortando las oxidadas cadenas.


2 comentarios:

Makeda dijo...

Y se me cae la piel a pedazos
marcándome tu paso
muerte lenta que transfieres-----


Genial,eres increíble cuando haces esto,a tu salud "poeta"

Alvaron! dijo...

Bebamos entonces, salud!

 


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